MAURICIO EN EL DEBATE CAPITAL

La familia Macri fue un ejemplo paradigmático de clientelismo durante los dos gobiernos de Carlos Saúl Menem. Por eso, una de las primeras cosas que hicimos que Mauricio dijera esta noche en El debate capital fue: "Basta de clientelismo".
Aunque memorizó el discurso que le armamos, Mauricio tuvo que improvisar en algunos segmentos y dejó en claro su postura pro mano dura, pro derecha, que atentan contra las libertades individuales (ya le hemos tirado de las orejas porque no tiene que decir eso).
Para esconder que, en realidad, no tenemos propuestas serias, le pedimos a Mauricio que dijera veintisiete veces la palabra "propuesta" y luego señalara un problema de la ciudad (los mismos problemas que señalaron los otros dos hombres). Esperamos que la sola mención de la palabra "propuesta" encandile a la gente y nadie se dé cuenta de que no hay propuestas serias.
Las pocas propuestas en las que se planteó algo parecido a un plan precisarían, según un estudio realizado por Pro, diez veces el presupuesto de la Nación para concretarse.
Como siempre, Mauricio citó un par de casos puntuales (no todos son inventados, alguno es verdadero), como si la política se hiciera a partir de casos puntuales. La cosa de "hay un barrendero en Once, Roberto, que tiene dos hijas y no puede pagarle un Fiat a su tío" vende muchísimo.
En fin, a pesar de que se lo vio muy nervioso, a Mauricio no le fue tan mal como esperábamos, aunque cada vez parece estar más lejos la posibilidad de llegar a segunda vuelta y ganar.