jueves, 17 de mayo de 2007

LA ESTRATEGIA RESIDE EN TOMARLE EL PELO A LA GENTE

No importa que las promesas sean contradictorias (son sólo promesas y hay que hacer lo imposible para ganar en primera o segunda vuelta, aunque eso resulte inviable). Lo que importa es pintar una imagen de "político nuevo". No importa que Mauricio esté hace 10 años en política, desde que entró en Boca para –como tantos otros dirigentes deportivos– dar desde allí el salto a la política nacional. Podemos tratar de idiota a la gente y que no se dé cuenta de que un empresario como Mauricio coqueteó y negoció con la política siempre (sobre todo, durante la década menemista).
¿Autonomía de los tres poderes? No, ¿para qué? Mauricio lo dijo bien clarito ayer: desde los poderes ejecutivo y legislativo va a presionar al poder judicial. "Vamos a hablar con los jueces", afirmó en el Colegio Nacional Buenos Aires. "Los jueces tienen que entender que nos tienen que cuidar a nosotros. La ley tiene que actuar y no permitir que quede libre gente por 400 pesos de fianza como si esto fuera un tiro al blanco".
También dijo, como viene diciendo, que va a urbanizar las villas. ¿Qué importa? Nadie se da cuenta de lo que implicaría eso y hay que buscar comentarios explosivos (no crean que Mauricio los piensa solo, tiene a todo un equipo encargado de decirle qué hay que prometer).
Tampoco importa que nadie le crea cuando habla de política de inclusión social ni que eso se contradiga con declaraciones como la siguiente: "los piqueteros deben pedir permiso y decir dónde y a qué hora van a hacer la protesta. Su derecho no puede violar el de los que quieren ir a trabajar". ¿Mauricio cree que eso es viable? Quizá piense que va a tratar a los piqueteros (cuyo problema central ya ha resuelto, mal que mal, el gobierno de Kirchner) como si fueran sus empleados, pero no es tan idiota como para creer que van a decirle: "Che, Mauricio, estamos un poquito enojados y tenemos algunas quejas que expresar, ¿a qué hora te viene bien que nos expresemos?".
El asunto, principalmente, es decir cosas explosivas y tomarles un poquito (un poco, bastante) el pelo a los ciudadanos.
Si alguien es capaz de fingir el secuestro de su hermana por un voto, imagínense.

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